El resultado es que el primer restaurante equipado con pantallas tiene, proporcionalmente, más ventas en mostrador de productos preparados a pedido (y por lo tanto no visibles en las neveras) que las otras ubicaciones. La imagen en las pantallas parece más atractiva que la lista anterior en blanco y negro.
Un mejor entendimiento de la oferta
Las pantallas ahora proporcionan más detalles de ingredientes e información nutricional, que pueden ser esenciales para guiar las elecciones de los clientes entre productos. Las pantallas deben brindar este conocimiento y la información necesaria para la decisión final antes de que el cliente llegue al mostrador de pedidos. Si bien las pantallas están dispuestas de manera similar a las antiguas cartas de menú impresas, la oferta se presenta de manera más clara, comprensible y atractiva.
Finalmente, gracias a diferentes secuencias de contenido que pueden sucederse, las pantallas ofrecen un espacio de comunicación más grande, permitiendo la comunicación sobre nuevos temas. Esta necesidad se identificó especialmente para establecer la posición del restaurante, ubicado a menudo en áreas turísticas con una clientela diversa, algunos de los cuales pueden entrar sin conocer las especificidades del lugar. Declarar claramente su posición, la especificidad de sus recetas, el compromiso con la selección de ingredientes, etc., también justifica la posición de precios.